«Te fuiste y tu partida nos sumergió en un inmenso dolor.
El pueblo se unió en una profunda tristeza y eso sólo lo logran los seres inmensos. Aquellos que van por la vida siendo buena gente.
No existen palabras que expresen lo que todos sentimos. Quedará tu recuerdo. Esa simpatía inigualable con el toque de locura que te hizo un ser único.
Te jactabas de ser un tipo sencillo pero no común. Con una filosofía digna de imitar. Buen padre, gran hermano , excelente amigo. Con códigos. Con ese brillo en la mirada que dejaba ver tu alma.
Se te va a extrañar en el pueblo, dejaste huellas imborrables en cada uno de todos nosotros. Debemos recordarte con una sonrisa de esas que vos regalabas y hacía que todo tenga otro color.
Gracias por tanto querido Edgar descansa en paz.
Mucha fuerza a tu familia para aprender a convivir con semejante dolor.
El cielo ganó un ángel.
Hasta siempre»