El cuento de la buena pipa.
Cada vez que alguien se propone construir, aparecen los que destruyen.
Hace menos de un mes, algunas integrantes del Grupo de Medio Ambiente, realizó trabajos de mejoras en la plaza de nuestra localidad. Ese es uno de los proyectos del grupo, junto con la Delegación Municipal, para que el lugar, tan castigado y descuidado durante los últimos años, tenga buen aspecto y recobre la importancia que merece.
Como decía anteriormente, algunas integrantes del grupo, dedicaron tiempo y esfuerzo para poner gajos y plantas en la plaza. Dedicaron tiempo y esfuerzo para que un espacio público sea agradable, para nosotros y para quienes nos visitan.
¿Pero que pasó??
¡¡SORPRESA!! Las plantas no están! Y en su lugar dejaron gajos de malvones.
¿Que gracioso, no? ¡Seguro no nos íbamos a dar cuenta! Seguro no íbamos a poder diferenciar entre las plantas que se pusieron y los malvones.
¿Quién puede hacer algo asi? Algo tan ridiculo y estupido que es hasta difícil de calificar.
Esto es lo más parecido al cuento de la Buena Pipa. No se termina nunca. Basta para que alguien se proponga construir, para que aparezcan los que destruyen.
No puedo sentir más que lástima por estas personas que no saben, o que no les enseñaron a cuidar y valorar lo que tenemos.
Pobre de ellos, que no saben vivir en sociedad. Pobres sus hijos, que tampoco van a recibir esa educación. Y pobre pueblo…
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One Response to El cuento de la buena pipa.
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Particularmente lo tomó como un ensayo, una prueba, y para no hacerme mala sangre, lo comparo con un emprendimiento que lo atacó la plaga. Pero eso no haga que bajemos los brazos, la plaga cuando ataca siempre deja su evidencia, y al ser detectada se la erradica para comenzar una vez más hasta lograr el objetivo, un objetivo que es para hacer el bien nunca debe ser derrotado por la depredación miserable, mucho menos aún cuando la evidencia es tan obvia!!!