La agroecología aplicada a las pequeñas huertas.

El Ing. Agr. Haroldo Herrera brindó una charla invitado por el Grupo de Defensa del Medio Ambiente.

haroldo herrera. medio amb lddUna nueva charla del Ingeniero Haroldo Herrera en nuestra localidad, esta vez convocado por el Grupo de Defensa del Medio Ambiente de LaDulce y un tema que cada vez tiene más trascendencia que es la agroecología.

Al finalizar la charla, pudimos dialogar con el Ingeniero Herrera y conocer sobre esta práctica que pretende hacer tomar conciencia sobre el cuidado del medio ambiente, las prácticas sustentables, la biodiversidad y proteger el suelo.

-¿De qué se trata la agroecología?
-Lo que propusimos para hoy fue hablar sobre agroecología urbana, pensada especialmente en la gente de La Dulce que tiene su pequeña huerta. La idea fue poder transmitirles un modelo de producción, que prescinda de los productos químicos, proponerles que se manejen más con estrategias, con observación del sistema y tratar de aplicar los principios que rigen en el sistema natural. Pero yo nunca doy este tema circunscrito a pequeñas huertas, sino como una alternativa mucho más amplia, que incluyen las producciones extensivas. De eso también en La Dulce tuvimos una jornada específica, con gente que está trabajando con módulos de agroecología en la chacra Barrow en Tres Arroyos, ya hablando con productores agropecuarios, para transmitirle la manera de no hacer un cambio brusco del sistema convencional a la agroecología, sino transitar un camino de aplicación de algunos principios, para mejorar el sistema.

-En una parte de la charla dijiste que la agroecología era un camino. Me gustaría que desarrolles un poco esa idea.
-En realidad es una ciencia nueva, basada en los principios antiguos. Pero lo planteamos como un camino, porque requiere transitar una serie de ejercitacion, de aprendizajes y de plasmar en cada sitio, en cada lugar, en cada zona, esos principios, seguramente de una manera distinta, por qué no hay recetas. En los sistemas convencionales, uno está acostumbrado a aplicar recetas. En algunos casos esas recetas vienen del hemisferio norte y se están aplicando por un lado, en el hemisferio sur y segundo en zonas completamente distintas. Son paquetes tecnológicos que se aplican y no siempre dan buenos resultados de esa manera. En cambio en la agroecología, lo que se promueve es el conocimiento de los principios que rigen en los sistemas naturales, y luego esos principios, aplicarlos a situaciones puntuales, sin una receta, buscando el concepto de transitar un camino de aprendizaje en la aplicación de estos principios, pero que es también una alternativa para empezar a enfrentar y a solucionar problemas que se están dando en la agricultura actual.

-¿Es una toma de conciencia con respecto al cuidado del medio ambiente?
-Si, por supuesto, porque la agroecología, digamos que tiene tres dimensiones: una es la técnica, que tiene que ver con los manejos, con aplicación de prácticas, de principios y demás. La otra es el hombre: hay que considerar al hombre como integrante de la agricultura, muchas veces se deja de lado al hombre, tanto al que trabaja en el campo con respecto al cuidado de su salud y finalmente al consumidor de estos alimentos que a veces también se lo deja de lado, porque se contaminan los alimentos y termina perjudicándose la población y el tercero es lo ecológico: donde también tenemos en cuenta al ambiente porque en definitiva vamos a tener que seguir cultivando en este ambiente. Por eso es importante incluir a la ecología en lo social y en lo técnico que por ahí en lo que son planteos convencionales solamente va lo técnico y hacia la rentabilidad de los cultivos y a una mayor producción.

-¿Cuáles son las reglas básicas de la agroecología?
-La verdad es que hay diez principios, pero uno de los que hoy más conversé con los asistentes es la biodiversidad. Ese es un elemento muy importante y uno tiene que tratar de apuntar a eso, porque el sistema natural es muy diverso y nosotros lo simplificamos al máximo. Cuando uno hace un monocultivo, quitando del sistema todas las malezas, estamos en un sistema completamente acotado. Esto hace que la dinámica de los insectos, tanto en el suelo como en la parte aérea se reduzca a unos pocos ejemplares, que son los propios de esa especie y los que tiene que ver al fincionamiento de las raíces de ese cultivo, entonces esas especies están mucho más propensas a ser destruidas por la poca diversidad que si tuviéramos un sistema integrado, que simplemente por la presencia de muchos organismos, hace que ninguno de ellos pueda colonizar a todos sino que tengan que amoldarse al sistema. Ahí se logra un equilibrio. Este es uno de los principios, pero hay otros que tienen que ver con todos los procesos que generan la materia orgánica del suelo, qué es lo que uno tiene que propiciar: la vida en el suelo.

-Porque es muy común que uno tienda a combatir los insectos, como veíamos en los gráficos que mostraste hay insectos que colaboran con el control de plagas.
-Por supuesto, no todos son dañinos. Lo mismo ocurre con las plantas. Si esto lo escuchara un productor agropecuario se va a reír de mí, porque en si, algunas malesas son buenas y habría que decirle «buenesas», pero en un sistema extensivo una maleza que me compite con mi trigo o con mi cultivo yo le llamo maleza y lo comprendo, pero a nivel de sistema algunas de esas malezas pueden llegar a ser buenas para la alimentación humana, o sea que en otro ámbito eso es una «buenesa» para usar este término. Todo depende de la mirada que uno tenga y de la manera que uno maneje el sistema, obviamente hoy también dije, en la huerta, si vamos a dejar a las especies naturales a las que salen del suelo, que están en el banco de semillas del suelo, que son los que llamamos yuyos, van a competir con un cultivo y no vamos a poder llevarlo adelante, entonces yo les aconseje hacer coberturas de suelo con restos muertos, como pueden ser cortes de césped, ahi, lo que hacemos es oscurecer el suelo y evitar que crezca la maleza, pero en producciones extensivas, incluso en montes frutales, se manejan con cultivos de cobertura, con lo cula mentenemos el suelo tapizado con un cultivo como leguminosas, que a su vez fijan nitrógeno  y mejoran el terreno, pero nunca el suelo desnudo.  Son planteos un poco distintos lo que es una pequeña huerta familiar a una producción intensiva, pero los principios, siguen siendo los mismos y que cada uno lo tiene que aplicar conforme a su zona y a la capacidad que tiene. Ahí vemos al productor o al técnico pensando, observando, ejercitando y que finalmente encuentra la vuelta a su predio en su zona. Es la apertura a eso, a volver a pensar. Parece simple pero es complejo. se presenta cuando estamos en un sistema que ya está enlatado y nadie puede pensar en hacer las cosas de otra manera pero sí en empezar un camino a una leve transición, algo que sea más sostenible no solamente aplicado al rendimiento, sino a las posibilidades de que el suelo siga produciendo, que es la sostenibilidad que nos tiene que preocupar que es a largo plazo.

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