Pasiones argentinas. El baile de egresados ya no es lo que era.

Qué cambió en esta fiesta en los últimos 30 años.
Por Esteban Mikkelsen Jensen para Clarín.

 

6F80B22A-7378-48DC-917C-9A12F30219F6El baile de egresados del secundario ya no es lo que era. En los pueblos del interior se esperaba con más ansiedad que cuando tus viejos te dejaban la casa sola y vos, un adolescente en ebullición permanente, podías meter una cita (igual a mí nunca me pasó).

El ritual era siempre el mismo: buscar en la geografía natural las palmeras para adornar el salón, los tablones y los bancos, pensar en un centro de mesa supuestamente original, competir con los compañeros para elegir la mejor canción con la cual entrar al salón de la mano de tu papá, tu mamá o tu pareja de ocasión, definir el vestido para las damas y el smoking o el traje para los caballeros, con terror al ridículo (algo que casi nunca se lograba evitar).

Después estaba el momento de la foto previa a la celebración, con el vaso de whisky en la mano o alguna flor, según el caso, en la casa más cheta del pueblo, al lado de una escalera o en un patio rebosante de verde.

Anunciar a viva voz ante tus compañeros el nombre del tema musical te podía desembocar hacia un bullying de risotadas. «Yo voy entrar con Murmullo Desprevenido, de Wham», lanzó, por ejemplo, «La Moni», allá por los ’80, algo descuidada.

Es que en aquellas épocas existían los lentos, es decir lo que un púber aguardaba toda la noche para hacer una aproximación pero la mayoría de las veces terminaba siendo un espectador de no lujo. Hoy los pibes eligen el reggaeton, la música bolichera, y hacen su ingreso cual estrella del pop. No saben qué son los lentos ni menos qué es Aspen.

02029457-4DBB-4F7E-B361-D3612C6DD692El tradicional momento del vals era una sensación similar a bailar desnudo delante del público. Los movimientos jamás eran coordinados: uno iba para un lado y su partenaire para el otro. Los minutos no pasaban más. Y peor si el disc-jockey de la fiesta se equivocaba, te ponía la marcha nupcial y vos dabas los ridículos pasos igual.

Llegar ileso a la madrugada era una utopía. Muchos terminaban con varios vuelcos en la misma vuelta. Y en la foto de las siete de la mañana con las cascadas del río de fondo, apenas si quedaba la mitad en pie.

Hoy, 30 años después, nos pusimos a recordar todas estas vivencias, y más también, en un grupo de WhatsApp (o el flagelo de los grupos de WhatsApp, un debate para otra pasión argentina). Cada uno tuvo un destino: nos queda menos pelo, menos memoria; nos sobran kilos, también problemas. Pero quién nos quita lo bailado en la fiesta de egresados.

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One Response to Pasiones argentinas. El baile de egresados ya no es lo que era.

  1. Hilda Barrientos dice:

    Quw bueno Esteban!!! hermoso recuerdo le arrancaste a tu pluma de periodista. Felicitaciones!

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