Dos diferentes situaciones y muy distantes una de la otra, están poniendo en riesgo a la gente del pueblo, que circula por sus calles o camina sus veredas.

Por un lado, un poste de telefonía, ubicado en calle 20 casi esquina 25, está en muy mal estado desde hace varios días y aunque diferentes entidades de nuestra localidad han hecho los reclamos y las gestiones correspondientes para que sea reparado o sacado, no se ha conseguido respuesta por parte de la empresa que debe mantener su elementos en condiciones, no solo para que los aparatos funcionen correctamente, sino para evitar algún accidente con algún ciudadano.

Por otro lado, hoy por la mañana cayeron trozos de pared de una casa abandonada, ubicada en calle 24 entre Av. 33 y 31.
Seguramente el viento de estos días pasados ha aflojado aún más la construcción que está muy deteriorada, además de no ser la primera vez que podemos observar que caen pedazos de pared de ese lugar.
El lugar fue cerrado con cintas que marcan el peligro, por vecinos que observaron lo que ocurrió, luego de escuchar el estruendo que generó la caída del material. Tampoco es la primera vez que se cierra ese lugar con cintas para evitar que la gente circule. Pero las cintas se cortan, la gente se olvida y volvemos a caminar por esas veredas.
En ese momento no pasaba nadie por esa vereda, pero si así hubiera ocurrido, estaríamos hablando de por lo menos algún herido. ¿Es lo que estamos buscando? Seguramente no. Por eso estaría bueno que, si no se puede arreglar, se lo termine de demoler para evitar que alguien salga herido, por no decir algo peor.

Esperemos que en ambos casos, a quien le corresponda, tome cartas en el asunto para evitar males mayores.