Día del Agricultor:motor del desarrollo argentino.

Por decreto Nº 23.317, el gobierno argentino instituyó el Día del Agricultor considerando «que la fundación de la primera colonia agrícola llamada Esperanza, el 8 de septiembre de 1856, en Santa Fe, marca una fecha decisiva en el desarrollo de nuestra agricultura». Desde 1944, el gobierno argentino instituyó el 8 de septiembre como el «Día

Por decreto Nº 23.317, el gobierno argentino instituyó el Día del Agricultor considerando «que la fundación de la primera colonia agrícola llamada Esperanza, el 8 de septiembre de 1856, en Santa Fe, marca una fecha decisiva en el desarrollo de nuestra agricultura».

Desde 1944, el gobierno argentino instituyó el 8 de septiembre como el «Día de la Agricultura y del productor agropecuario», considerando la fundación de la primera colonia agrícola, el 8 de septiembre de 1856, como «una fecha decisiva en el desarrollo de nuestra agricultura», según consta en el decreto N° 23.317.

La conmemoración fue instituida en recuerdo de la primera empresa colonizadora argentina dedicada a la agricultura, fundada en Esperanza (provincia de Santa Fe) por iniciativa de Don Aarón Castellanos, durante la gobernación de José M. Cullen.

Los colonos eran 1.162, todos de nacionalidad suiza, y fue precisamente aquel lejano 8 de septiembre de 1856 que cada uno tomó posesión de la parcela que se le había asignado.

Tiempo después, más precisamente el 8 de septiembre de 1910, se inauguró en el centro de la ciudad de Esperanza (en la plaza San Martín) el Monumento a la Agricultura Nacional.

 

Historia

Desde la organización nacional hasta fines de la segunda década del siglo XX, el sector agropecuario argentino creció intensamente, y la Argentina se convirtió en uno de los exportadores de granos, carnes, lanas y aceites más importantes del mundo.

A partir de los años 30 del siglo pasado, y durante las siguientes seis décadas, el sector atravesó un largo período de muy escaso progreso, lindando con el estancamiento.

El área cultivada en 1952, por ejemplo, fue similar a la de 1904.

A fines del siglo pasado comienza otro período de fuerte expansión que se prolonga hasta la fecha.

A diferencia del primer gran crecimiento, sustentado en el aumento de las áreas cultivadas, en la presente coyuntura las mayores producciones resultan tanto del aumento de las áreas como de inversiones en tecnología que se reflejan en mayores rendimientos unitarios.

El crecimiento de las exportaciones agropecuarias entre 1885 y 1910 fue excepcionalmente alto (9,5% anual para el conjunto, 6,5% para la ganadería y 20,5% para la agricultura).

Fueron los tiempos cuando Argentina era sinónimo de “granero del mundo”.

El sistema productivo superó los trastornos al comercio internacional ocasionados por la primera guerra mundial (1914-1918), así como la reiterada y devastadora presencia de la langosta voladora1, principal plaga de la agricultura argentina.

La performance de la agricultura en esos 45 años, simplemente, fue excepcional y sentó las bases del progreso económico argentino.

En los 130 años analizados se observa que la variabilidad de la producción agropecuaria ha sido mucho menor que la del conjunto de la economía.

Es decir que la agricultura habría aportado un componente de estabilidad al conjunto, aunque su participación declinante en el PBI hace que dicho efecto haya sido decreciente.

Fuente y foto: diarioelnorte.com.ar


Share and Enjoy !

0Shares
0 0

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *